«El Jardín de las Delicias» de Jheronimus Van Aken, mejor conocido como ‘el Bosco’. Esta pintura, si bien no se sabe en qué año fue pintada se estima que podría tener cinco siglos, y aun así en el 1490 el autor fue capaz de anunciar en lo que la sociedad podría convertirse.
La pintura de El Bosco está compuesta por un tríptico, de modo que hay tres cuadros y en cada uno de ellos se representa una parte de la historia, o al menos es una de las tantas maneras en las que puede interpretarse. En el primer cuadro, están Adán y Eva en el Jardín del Edén, una figura que podría tomarse como a Dios y animales a su alrededor. En el segundo panel, se ve claramente el exceso de población y aparecen los pecados mortales. En el último panel, abunda el caos, la perversión, la guerra y la decepción; la representación misma de un paraíso que ha sido destruido.
Podría decirse a grandes rasgos que estamos viviendo en el segundo panel y que, nos encaminamos rápidamente hacia el tercero.
Cambio climático. Muchos no quieren aceptarlo, otros tantos dicen que no pueden hacer nada y unos pocos se animan a hacer algo al respecto. Hay una gran cantidad de negocios, de dinero, invertido en los combustibles fósiles y es por ello que las industrias, los políticos y algunos gobiernos niegan el cambio climático. A estas personas se les llama ‘los negadores del clima’ y su fin es hacerle creer al público que no estamos pasando por una crisis climática.
Para demostrar los cambios que la Tierra está sufriendo, qué lo provoca y quienes contribuyen a que este problema crezca cada vez más, National Geographic presentó el documental llamado ‘Before the Flood‘ en 2016. Con Leonardo Dicaprio, como el Mensajero de la Paz de las Naciones Unidas, el film muestra su viaje mientras recorre los cinco continentes para presenciar el cambio climático. En este documental, DiCaprio nos explica las causas del calentamiento global, quienes quieren cubrir esta problemática y entrevista a científicos entendidos en el tema.
Una de las industrias que más daño le hace a nuestro planeta es la industria de la carne, por la sobre-población de vacas. Los gases que producen estos animales son de efecto invernadero y se llaman ‘metano‘. Esto ayuda al calentamiento global ya que en 100 años calienta al planeta 23 veces más que el dióxido de carbono. Por lo que, si la demanda de carne disminuye, habrá menos vacas y por ende menos emisiones de metano. Además, la cría de estas especies necesita de grandes terrenos de cultivo de granos para alimentarlas, lo que también provoca deforestación. En pocas palabras, con solo reemplazar el pollo por la carne en tu dieta, estarías reduciendo significativamente el calentamiento global.
Nuestra economía está basada en los combustibles fósiles y la mayoría de las actividades que llevamos a cabo en un día normal dañan el medio ambiente. Desde la elección de nuestro transporte hasta aquello que consumimos, todo está incorporado en nuestra cultura e impuesto por la sociedad. Todas estas cosas deben cambiar. Es necesario que la gente comience a ser consciente de las consecuencias que tiene cada una de sus decisiones por más pequeñas que sean.
El cambio climático existe, está aquí y no va a irse si nosotros no hacemos nada para revertirlo. El tiempo es hoy, el cambio debe comenzar ahora. Si nos quedamos mirando desde una ventana lo que pasa en el mundo, con la excusa de que una persona no hace la diferencia, entonces la destrucción del tercer panel de Jheronimus llegará antes de lo esperado. Y entonces, el paraíso será el fantasma de lo que un día fue la Tierra.
Por Iary Arroba.
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