«Merrie Land»: una tierra poco alegre

Por Julieta Méndez

A doce años del primer disco, la mega banda «The Good, The Bad & The Queen» lanza un álbum pertinente a la situación política actual de Gran Bretaña.

Para entender por qué «Merrie Land» es un disco muy bien logrado en cuanto a la lírica, hay que saber qué es el Brexit: la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Todo comenzó con el referendum en 2016, del cual el 51,9% de los participantes votó a  favor. Pero más allá de esto, el líder Damon Albarn, en una entrevista con Essex Live, dijo que el álbum «no se trata de tomar partido; es sobre mí, emocionalmente confundido y enojado».

(De izquierda a derecha) Damon Albarn (Blur y Gorillaz), Tony Allen, Paul Simonon (The Clash) y Simon Tong (The Verve).

Fuente: David Levene/The Guardian

En cuanto al diseño de tapa, se retrata al actor Michael Redgrave en el film «Dead of the Night» (1945), donde interpretó a Maxwell Frere, un ventrílocuo que había sido poseído por su muñeco. Desde lo visual, nos anticipa que es una obra con sonidos que evocan una Inglaterra de época.

Paul Simonon describió al disco para The Guardian como «un trabajo de música folk inglesa moderna, con un poco de rub-a-dub (reggae)». Ideal para escuchar en el frío que está comenzando en el país nórdico, por su sonido oscuro, nostálgico y melancólico.


Luego de una introducción que te transporta en tiempo y espacio, «Merrie Land» comienza con su canción homónima. «Si te vas, por favor, di adiós». Damon Albarn canta tristemente a su Gran Bretaña natal, y la llora, con violines de fondo que hacen de este tema un vals oscuro y dramático.

Le sigue «Gun to the Head»: una flauta pegadisa que le da la bienvenida a una melodía con el ADN de Simonon. «Se requiere de esta canción un caso de amor, cuando todo lo demás que nos mantiene juntos conspira para separarnos», canta el estribillo.

En la misma línea, le siguen «Nineteen Seventeen», bien ska, y «The Great Fire», este último con un Damon algo desafinado.

Pero luego todo se apacigua con «Lady Boston», que tiernamente se pregunta: «¿A dónde voy ahora, a dónde me llevarás?», acompañado por un coro de hombres que cantan en galés: «Estoy detrás tuyo, lo siento por tí».

«Drifters & Trawlers» levanta el ánimo, mas «The Truce of Twilight», que comienza como canción de cajita musical, vuelve a oscurecer el ambiente, para que Albarn advierta: «Disfrutalo mientras dura, porque pronto será distinto». Sin dudas, este tema remite al sonido de The Clash.

Damon hace un paréntesis personal con «Ribbons», que con su arpegio característico, suave y romántico, da el pie a la pieza más lúgubre: «The Last Man to Leave». Con esto nos confirma que el LP podría ser una tragicomedia musical.

El cierre lo da «The Poison Tree». Un tanto resignado, el líder de la banda le dice a su nación: «Si tenes sueños que conservas, y me dejas, te veré en la próxima vida, te dejaré libre para que encuentres la tierra prometida».


En buena hora The Good The Bad & The Queen volvió. No fue en vano haber esperado una década. Supieron encontrar el tiempo perfecto para hacer un disco a la altura de sus músicos y con el sonido que los caracteriza (que ya no se escucha por estos días), para cantarle a su Inglaterra en estos momentos de incertidumbre.

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